El patrón que asocia belleza y delgadez contribuye a la anorexia infantil
La anorexia es un grave trastorno de la conducta alimentaria que suele manifestarse a partir de los 17 años; sin embargo, los expertos alertan de que cada vez hay más adolescentes que la padecen, y de que la edad en la que se inician los primeros síntomas se está adelantando, por lo que afecta también a la población infantil.
El sobrepeso y la obesidad infantil son temas recurrentes y preocupantes por las consecuencias que pueden tener a largo plazo, como la aparición de enfermedades metabólicas y cardiovasculares durante la juventud o adultez, pero la anorexia infantil también puede tener importantes repercusiones sobre el desarrollo de los menores y su salud física y psicológica.
La ausencia de los padres o que estos sean demasiado exigentes, no comer en familia, los patrones estéticos propuestos por la publicidad y los programas de televisión, y los juicios de valor sobre la apariencia física y la belleza que hacen en presencia de los menores los familiares, amigos, compañeros de colegio, etcétera, son factores de riesgo que contribuyen a que un niño o adolescente desarrolle anorexia.
La ausencia de los padres o que estos sean demasiado exigentes, no comer en familia, los patrones estéticos de moda, y los juicios de valor sobre la apariencia física, son factores de riesgo que contribuyen a que un niño o adolescente desarrolle anorexia
Los adultos anoréxicos se suelen purgar con medicamentos, mientras que los niños –que no tienen acceso a los fármacos– vomitan tras las comidas, por lo que es importante que los padres vigilen la conducta de sus hijos y se fijen si van al baño inmediatamente después de comer. Algunas de las secuelas que puede provocar la enfermedad y que también pueden observar son alteraciones menstruales, sequedad en la piel, pérdida de cabello, uñas quebradizas, deterioro del esmalte dental, y trastornos estomacales y cardiovasculares, entre otras.
Una vez detectado el problema, el tratamiento de la anorexia es complicado y requiere un abordaje multidisciplinario, ya que para que el paciente adquiera unos hábitos alimenticios apropiados es necesaria la intervención de un psicólogo, que le ayudará a recuperar su autoestima y a no intentar alcanzar estereotipos de belleza impuestos por las modas, y un nutricionista que le guiará, de forma progresiva, para que adopte una dieta que le permita mantenerse sano.
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